Estados Unidos atacó este viernes a fuerzas élites iraníes y grupos pro-Teherán en Irak y Siria, en una operación aérea con bombardeos de aproximadamente media hora de duración en represalia por la muerte de tres soldados norteamericanos en Jordania.
Los bombardeos se realizaron en una franja de unos 130 kilómetros destruyendo 26 objetivos pertenecientes a los grupos apoyados por Teherán, y según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSHD) al menos 18 combatientes proiraníes perdieron la vida.
Por su parte el Ministerio de Defensa de Siria calificó los bombardeos de "injustificados" y advirtió que "la ocupación de una parte del territorio sirio no puede continuar", en referencia a las tropas estadounidenses asentadas en el este sirio en el marco de la coalición internacional antiyihadista para combatir a los terroristas del Estado Islámico.
"Las fuerzas de ocupación estadounidenses han cometido una flagrante agresión aérea", denunció el Ministerio de Defensa sirio, mediante un comunicado.