Las autoridades de Estados Unidos han asignado un equipo de seguridad a la exdirectora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, ante continuas amenazas tras el atentado contra la vida del expresidente Donald Trump, ocurrido el pasado mes de julio en Pensilvania.
Cheatle renunció a las funciones de directora del Servicio Secreto después de las críticas de los legisladores durante una audiencia pública del Congreso, hecho este que obligó a su dimisión.
Otros agentes del Servicio Secreto también habrían recibido amenazas tras el intento de asesinato a Trump.